Frank Rubio, el astronauta de la NASA de ascendencia salvadoreña, ha sido condecorado con una de las distinciones más prestigiosas y excepcionales del Ejército de Estados Unidos: la insignia de Astronauta del Ejército. Este reconocimiento le fue otorgado tras su regreso a la Tierra después de haber establecido un impresionante récord de 371 días en el espacio durante una única misión, superando así los límites conocidos de la resistencia humana y la exploración espacial.
Este logro no solo marcó un hito personal para Rubio, sino que también lo colocó en un selecto grupo de élite; antes de él, solo otros dos astronautas, Andrew Morgan y Anne McClain, habían recibido este distintivo. La secretaria del Ejército, Christine Wormuth, subrayó la singularidad de esta calificación durante la ceremonia de entrega en El Pentágono, resaltando cómo Rubio inspiró a personas alrededor del mundo con su misión orbital y cómo continúa inspirando a través del compartir de sus experiencias.
Rubio, quien también es ingeniero de vuelo, destacó la importancia del trabajo en equipo en la conquista del espacio. En un discurso emotivo, reconoció el esfuerzo colectivo de miles de personas necesarias para llevar a cabo una misión espacial, enfatizando que el honor de la insignia reside en ser un símbolo de equipo más que de logros individuales. Aprovechó la ocasión para agradecer a su familia, resaltando el apoyo incondicional de su esposa e hijos, quienes se mantuvieron firmes y continuaron con sus proyectos en áreas como la agricultura, tecnología y física durante su ausencia.
La misión de Rubio no solo estableció récords, sino que también proporcionó datos valiosos para futuras exploraciones espaciales, incluyendo las ambiciosas misiones Artemis a la Luna y más allá. Su experiencia en el espacio, marcada por desafíos como la fuga de refrigerante que acortó su estancia en la Estación Espacial Internacional, también demuestra la importancia de la resiliencia y la adaptabilidad en la exploración espacial.
Seleccionado por la NASA en 2017 tras dos años de entrenamiento riguroso, Rubio se preparó para su misión junto con los cosmonautas Sergey Prokopyev y Dmitry Petelin de Roscosmos, lanzándose al espacio el 21 de septiembre de 2022 a bordo de la nave Soyuz MS-22. A pesar de los contratiempos, su regreso a la Tierra a bordo de la Soyuz MS-23 el 27 de septiembre del año pasado marcó el fin de una misión histórica y el inicio de su legado como un pionero en la exploración del espacio profundo.
