El Salvador, un país que hasta hace poco era uno de los más peligrosos del mundo, está experimentando una transformación bajo la presidencia de Nayib Bukele, convirtiéndose en un modelo para América. Las políticas de Bukele, aunque controvertidas, han reducido drásticamente la criminalidad y han dado un impulso significativo a la economía y al turismo.
Con una intención de voto del 93%, Bukele está en camino de convertirse en el presidente más votado en la historia de El Salvador. La estrategia de seguridad de su gobierno, que incluye un estado de excepción y medidas drásticas contra las maras, ha sido crucial en la reducción de la tasa de homicidios, que ha pasado de 140 por cada 100.000 habitantes en 1995 a solo 2,4 en la actualidad.
Este notable cambio ha generado confianza en la economía y las instituciones, permitiendo a los negocios locales centrarse en el crecimiento y la eficiencia. El turismo está floreciendo, la inversión extranjera está aumentando, y la deuda pública está disminuyendo. Organismos internacionales como el Banco Mundial y JP Morgan pronostican un crecimiento económico sostenido para El Salvador.
Sin embargo, la adopción de Bitcoin como moneda de curso legal ha presentado desafíos, con una adopción limitada entre la población. A pesar de esto, la popularidad de Bukele se mantiene alta, y su gobierno parece encaminado hacia una victoria electoral en febrero.
El Salvador se erige como un caso de éxito en seguridad y renacimiento económico, marcando un posible precedente para América Latina.