En el sureste de Texas, un equipo canino de Black Creek K-9 especializado en detección de fugas está cambiando la forma en que se monitorean los oleoductos. Utilizando sus sensibles narices, estos perros han demostrado ser capaces de identificar fugas mucho antes que los métodos convencionales. Durante su primer año en acción, lograron descubrir una fuga del tamaño de un alfiler en un tubo enterrado, demostrando su eficacia en la tarea.
La mayoría de las tecnologías actuales, incluyendo sistemas de medición y cámaras térmicas, tienden a detectar fugas grandes, pero los perros de Black Creek pueden encontrar las más pequeñas. “Estamos hablando de fugas en oleoductos que son difíciles de detectar con la tecnología actual. Estos perros nos ayudan, sin interrumpir nuestras operaciones en Texas y con un impacto limitado para los propietarios de tierras locales”, explica Rebecca Cantrell, especialista ambiental de Chevron.
Dwayne Farris, propietario de Black Creek K-9 y exmanejador de perros policiales en el Cuerpo de Marines de EE. UU., ha aplicado su experiencia a la detección de fugas. “Estos perros trabajan por atención, juego, comida y todos esos otros refuerzos que los hacen sentir bien”, dice Farris. Este enfoque asegura que los caninos estén motivados y felices en su trabajo.
Mientras los perros viven con Farris y son tratados como parte de su familia, también disfrutan de días de descanso donde pueden relajarse y jugar. Cuando llega el momento del retiro, Farris se asegura de encontrarles un hogar adecuado, considerando sus necesidades especiales como perros de trabajo.