La conexión entre el polen y el clima ha sido objeto de estudio durante los últimos dos años por investigadores del Laboratorio de Sistemas Globales de NOAA (GSL), quienes han desarrollado el primer modelo experimental de pronóstico de polen en EE.UU. Este innovador sistema no solo predice la concentración de polen afectada por el clima, sino también cómo las cargas de polen pueden influir en las condiciones meteorológicas.
El modelo RAP-Chem, parte del sistema de predicción de química y meteorología rápida, integra tanto la química de gases y aerosoles como su transporte. Se destaca por ofrecer diariamente previsiones de 48 horas sobre diversos parámetros atmosféricos y de calidad del aire, incluyendo el polen.
La relevancia del polen se subraya en la vida cotidiana de más de 80 millones de americanos que sufren alergias estacionales. Un pronóstico preciso de polen podría permitir a los afectados ajustar sus actividades al aire libre y medicación, de manera similar a como se ajustan en días de alta concentración de ozono.
La simulación del RAP-Chem muestra que la emisión de polen, impulsada principalmente por los vientos modelados, ocurre durante el día, mientras que por la noche las concentraciones de polen disminuyen al depositarse las partículas en el suelo. Además, factores como la lluvia y la humedad pueden modificar la concentración y la estructura del polen, impactando así en la calidad del aire y en el clima.
NOAA ahora está colaborando con entidades de salud pública como el CDC para correlacionar las previsiones de alta concentración de polen del RAP-Chem con las visitas de pacientes a clínicas por alivio de alergias, buscando validar este modelo y convertirlo en un producto de pronóstico oficial.