El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha proyectado un crecimiento económico del 2% para El Salvador en 2024. Esta cifra representa una desaceleración en comparación con los años anteriores, reflejando los desafíos tanto internos como externos que enfrenta la economía del país.
Entre los factores que contribuyen a esta desaceleración se encuentran un entorno global incierto, altos niveles de inflación y una deuda pública significativa. A pesar de estos obstáculos, el FMI destaca algunos aspectos positivos, como la tendencia a la baja de la inflación, aunque aún persiste como una preocupación para los consumidores y las empresas salvadoreñas.
La inversión extranjera directa (IED) sigue siendo un componente crucial para el crecimiento económico de El Salvador, particularmente en los sectores automotriz y de servicios. No obstante, la creciente competencia regional y las dificultades económicas globales podrían restringir nuevas inversiones en el país.
Perspectivas a corto plazo
El FMI subraya la importancia de diversificar la economía salvadoreña para mejorar su resiliencia. Aumentar la inversión en infraestructura y en sectores estratégicos como el turismo y la tecnología es fundamental. Estas inversiones no solo podrían impulsar el crecimiento económico, sino también reducir la dependencia de sectores más tradicionales.
Para fomentar un desarrollo económico sostenido, el FMI recomienda la implementación de políticas que mejoren la productividad y formalicen el mercado laboral. Estas medidas son esenciales para crear un entorno económico más estable y propicio para el crecimiento a largo plazo.