El Salvador, un país que alguna vez estuvo plagado de altas tasas de homicidios y violencia desenfrenada, está en camino de lograr su año más seguro en la historia reciente. Una hazaña que ha sorprendido a muchos observadores, ya que todo lo que pareció necesitar fue una política de encarcelamiento más firme.
En mayo de este año, se realizaron proyecciones sobre la tasa de homicidios en El Salvador, que históricamente había sido una de las más altas del mundo. Sin embargo, en lugar de ver un aumento en la violencia, el país está experimentando una disminución constante en los homicidios. ¿El factor clave? Una política gubernamental de mano dura contra la delincuencia.
Bajo el liderazgo del presidente Nayib Bukele, el gobierno salvadoreño ha adoptado una estrategia enérgica para combatir el crimen y la violencia. Parte de esta estrategia involucra el encarcelamiento de miembros de pandillas peligrosas y la implementación de medidas de seguridad más rigurosas en todo el país.
“Todas las decisiones que hacían falta para arreglar nuestro problema más urgente, la inseguridad, debían ser tomadas. De poco hubieran servido los esfuerzos que estábamos haciendo para mejorar la salud, la economía, si seguían matando a nuestra gente y los jueces y fiscales dejaban libres a los asesinos”, dijo el mandatario ante la Organización de las Naciones Unidas.
Los resultados de esta política son evidentes. Según datos recientes, la tasa de homicidios ha disminuido significativamente en comparación con años anteriores. Los ciudadanos han comenzado a sentirse más seguros en sus comunidades y las proyecciones indican que El Salvador está en camino de lograr un año récord en cuanto a seguridad.
Caída drástica de homicidios
Los números hablan por sí mismos. Desde 2018, El Salvador ha experimentado una drástica disminución en las muertes violentas, y 2022 está en camino de ser un año notablemente seguro en comparación con años anteriores.
No es de sorprender que el presidente Nayib Bukele haya visto un aumento significativo en sus índices de aprobación. En junio, Bukele tenía un impresionante índice de aprobación del 92.9%, respaldando su liderazgo y sus políticas de seguridad. Además, un asombroso 90.9% de los salvadoreños expresaron su apoyo a su posible reelección, mientras que el 92.4% respaldó las medidas de represión de la delincuencia.
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