Cedar Key, Florida, llamado así por los árboles que antes cubrían las islas, se encuentra a unos seis kilómetros del golfo de México y está conectado con tierra firme por una única carretera que cruza cuatro pequeños puentes bajos.
Su aislamiento es parte de su atractivo. Con apenas 800 habitantes a tiempo completo, la isla se presenta como un “refugio para artistas, escritores y turistas de aventura, que encuentran en el entorno virgen su inspiración”.
Hoy no es un paraíso.
El huracán Idalia provocó una marejada sin precedentes que inundó gran parte de la isla, levantando y arrojando casas viejas al golfo, llenando las calles y la playa de sillas, microondas, secadores de pelo y otros desechos e inundando gran parte del distrito comercial frente al mar. No hay electricidad, agua ni alcantarillado, según informaron este miércoles por la noche los bomberos y servicios de rescate de Cedar Key, aunque el suministro eléctrico se restableció durante la noche.
Aun así, las alertas tempranas, una orden de evacuación obligatoria y una población que conoce el notable historial de huracanes de la isla evitaron que se perdieran vidas. Y ahora comienza la reconstrucción.
“Fue una noche y una mañana difíciles”, dijo este miércoles por la noche Michael Bobbitt, residente que no evacuó. “Pero ver a todo el mundo fuera limpiando las calles y comprobando cómo están sus vecinos, es un pequeño resquicio de esperanza en una situación realmente dura”.
Bobbitt dijo que era “desgarrador” ver la destrucción de tantos edificios y villas antiguas. Sin embargo, dijo que la comunidad estaba “sorprendentemente bien”, considerando todas las cosas.
“La casa de mi vecino de enfrente quedó sumergida hasta la línea del tejado, pero no tuvimos heridos”, dijo. “Estamos aquí. Reconstruiremos. Haremos lo que hace Cedar Key. En definitiva, me siento increíblemente bendecido”.
De ajetreada ciudad portuaria a tranquila productora de almejas
De hecho, el ciclo de destrucción y reconstrucción forma parte de la vida cotidiana de Cedar Key, situada en las cálidas aguas del Golfo, propicias a los huracanes. Un huracán sin nombre destruyó la isla en 1896, y el huracán Easy arrancó los tejados de la mayoría de sus construcciones en 1950.
Sus días de bulliciosa ciudad portuaria han quedado atrás. Ahora, los visitantes pueden disfrutar de la playa o de otros pasatiempos naturales como la pesca, la observación de aves en el refugio cercano y el kayaking. Y a diferencia de Cayo Hueso, Cedar Key ha evitado el desarrollo comercial de alto nivel a lo largo de sus costas y sigue siendo un lugar discreto.
Sus principales negocios son el turismo y la acuicultura, sobre todo de almejas. Un cartel a la entrada del pueblo dice: “Bienvenido a Cedar Key: Productor #1 de almejas de granja de EE.UU.”.