El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, se dirigió a la Asamblea General de las Naciones Unidas en su 79ª sesión, destacando la transformación de su país en los últimos cinco años. Bukele subrayó los logros alcanzados en materia de seguridad, turismo y calidad de vida, posicionando a El Salvador como un ejemplo de progreso y optimismo en un mundo cada vez más dividido y pesimista.
Durante su discurso, Bukele criticó las tendencias globales que están llevando a una pérdida de libertad en muchos países avanzados. Señaló que, mientras El Salvador se ha vuelto más seguro y optimista, el resto del mundo parece estar cayendo en una espiral de división y desesperanza. El mandatario advirtió sobre la erosión de la libertad de expresión y la pérdida de control sobre los espacios públicos, atribuyendo estos problemas a la falta de adhesión a los principios que hacen a una nación libre.
El Salvador como refugio de libertad
Bukele presentó a El Salvador como un refugio en medio de la tormenta global que se avecina. Destacó que su país prioriza la seguridad pública y la libertad de expresión, y que no se arresta a personas por sus ideas ni se confiscan bienes de quienes no están de acuerdo con el gobierno. Además, subrayó que El Salvador ha logrado liberar a millones de personas del miedo y la inseguridad, permitiendo que vivan en paz y prosperidad.
El presidente también extendió una invitación a quienes deseen contribuir al progreso de El Salvador, destacando que el país fomenta la innovación y las nuevas ideas en diversos campos como la tecnología, la energía, la medicina, las artes, la cultura, la música y la arquitectura. Bukele reconoció los desafíos que aún quedan por delante, especialmente en mantener la libertad en un mundo cada vez menos libre.
En su discurso, Bukele recordó que la libertad es algo que se toma y se mantiene, no algo que se da. Subrayó que El Salvador ha dejado atrás un pasado oscuro y que no desea volver a él. Aunque el futuro del mundo pueda parecer sombrío, Bukele expresó su esperanza de que El Salvador pueda construir un puente y escapar de la tormenta que se avecina.
Finalmente, el presidente concluyó su discurso con un mensaje de esperanza y bendición para la humanidad, agradeciendo a la Asamblea General por la oportunidad de dirigirse a ella.