La Reserva Federal (FED) se enfrenta a limitaciones significativas en su capacidad para rescatar la economía de un inminente colapso. Expertos señalan que las políticas actuales no son suficientes para prevenir una crisis financiera. La inflación persistente y la desaceleración del crecimiento económico están ejerciendo una presión considerable sobre el sistema financiero. Además, los aumentos en las tasas de interés, diseñados para controlar la inflación, podrían desencadenar una recesión.
La incertidumbre económica global, agravada por conflictos internacionales y problemas en las cadenas de suministro, complica aún más la situación. Los analistas advierten que la falta de medidas efectivas podría llevar a una recesión prolongada, afectando gravemente a los mercados financieros y a la economía en general.
Riesgos y advertencias
Economistas y expertos financieros han emitido múltiples advertencias sobre los riesgos de una recesión. Señalan que la FED necesita adoptar nuevas estrategias y colaborar con otras instituciones financieras para estabilizar la economía. Sin embargo, las opciones disponibles son limitadas y el margen de maniobra es cada vez menor.